12 años de Compañía en la Triple Frontera Chile-Bolivia-Perú

Acompañar resume buena parte de lo que representa una presencia trifronteriza de la Compañía de Jesús en la región limítrofe entre Chile-Bolivia-Perú. Una compañía fraterna labrada en 12 años continuos de encuentros y acciones apostólicas conjuntas, que se hace aún más estrecha en nuestra Asamblea, como la hemos sentido este año, 2019, en la ciudad de Iquique, del 17 al 19 de junio, en la casa de retiros de las hermanas misioneras salesianas.
 
En estos 12 años, las comunidades jesuitas de Arica, El Alto y Tacna, junto a la familia ignaciana de laicos, hemos llevado adelante 3 proyectos o programas en la triple frontera; acciones apostólicas que, en el transcurso de este tiempo, nos han introducido a una progresiva inserción a la realidad y cultura fronteriza; asimismo, a abrirnos y dejarnos llevar por la dinámica de las acciones con respuestas creativas, sin perder la mirada de la frontera. De esta manera, los jesuitas experimentamos una compañía universal, y los laicos, una familia ignaciana que rompe fronteras.
 
En esta Asamblea en particular, hemos caído en cuenta que no sólo acompañamos los programas de Jóvenes Rompiendo Fronteras, Servicio Jesuita a Migrantes y Profesores Formadores para la Paz, sino que ellos nos están ayudando a resignificar la palabra “acompañar” en la convivencia fronteriza, y esto sencillamente es: construir puentes de amistad, encuentro, acogida, justicia y reconciliación. En lo poco y pequeño que hacemos también nos hemos dado cuenta que hay “alguien” que riega la semilla que dejamos caer, a lo que no siempre estamos atentos.
 
Desde esta perspectiva, en nuestro encuentro, una noticia nos llenó de indignación: los varados en la frontera de Chacayuta  y Santa Rosa, puestos fronterizos de Chile y Perú, respectivamente, donde más de 200 personas están varadas sin poder ingresar a ninguno de los dos países, por recientes normativas de ingreso de migrantes a estos países. Muchas veces con facilidad nos olvidamos de que todos somos migrantes y que en cada familia hay un migrante. Desde esta realidad dolorosa, las oficinas del Servicio Jesutia al Migrante de la Triple Frontera nuevamente confirman su servicio a los migrantes.
 
La experiencia de los jóvenes del JRF, nos ha devuelto la frescura de la dinamicidad propia de la juventud, ayudándonos a ver que es posible construir puentes de amistades duraderas y capaces de romper fronteras, proponiendo nuevas maneras de relaciones humanas, sin prejuicios ni estigmatizaciones sino buscando lo que nos une y las cosas comunes que tenemos para convivir.
 
Profesores formadores para la paz, en su esfuerzo por querer encontrar una línea común que nos ayude a mirar la historia de los hechos de la Guerra del Pacífico, con creatividad y apertura, han logrado tender puentes entre colegios de la Compañía para un intercambio de amistad, conocimiento y propuestas pedagógicas que enriquecen al quehacer de los colegios.
 
De esta manera, atentos a las novedades, dejamos que la compañía en la Triple Frontera sea cada vez más una puerta abierta a una dinámica de construcción fraterna que, desde su realidad fronteriza, nos ayude a buscar nuevos modos de relacionarnos sin que las fronteras sean limitaciones.

//Freddy Quilo, SJ