Curia provincial: Jenaro Sanjinés #777, La Paz, Bolivia

Acogiendo a un tercerón en El Alto

10/08/2017

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En junio, el jesuita brasileño, Eduardo Severino SJ, pasó un  mes de ministerio en la ciudad de El Alto.Colaboró en la organización y actividades de la oficina del Servicio Jesuita al Migrante (SJM), con el programa de Jóvenes Rompiendo Fronteras y asistió con la comunidad a la Asamblea de la Misión TriFrontera en Tacna y a la reunión anual de la Red Jesuita con Migrantes Región Sur en Arica.
 
Una anécdota

Visitamos con Eduardo la Casa del Migrante de la ciudad de La Paz, que acoge a migrantes externos e internos y es llevada por los Misioneros Scalabrinianos. Yo sabiendo que quien nos recibiría allí era un religioso paisano de Eduardo, inclusive del mismo estado, me puse de acuerdo con nuestro tercerón para jugarle una pequeña broma. Aprovechando que Eduardo es afrodescendiente, dijimos que yo estaba llevando a un haitiano a la casa.
 
El cuadro se completó cuando llegamos allí y quien nos abrió la puerta era un marroquí que nos condujo con el Scalabriniano brasileño que en seguida preguntó si Eduardo hablaba francés. Un breve intercambio de palabras en ese idioma entre nuestro tercerón y el marroquí, reforzó la idea de su procedencia haitiana. Posteriormente, cuando ya quedamos a solas con el Scalabriniano, decidí revelar que, en realidad, quien me acompañaba era un jesuita brasileño y además mineiro. Pueden imaginar nuestra alegre sorpresa cuando vimos que nos costó mucho convencer a nuestro anfitrión.

La experiencia de la Tercera Probación
 
Ahora Eduardo es un muy querido nuevo amigo. Me queda una visión más amplia de la Compañía universal, además de la experiencia compartida de un proceso serio de discernimiento para la misión, y el deseo de seguir el rastro a una moción que siento que el Buen Espíritu ha puesto en mí y que pude compartir con Eduardo.

El tener en la provincia a jesuitas de diferentes partes del mundo, aunque sea por tiempos relativamente cortos, representa la posibilidad de entrar en mayor sintonía con el cuerpo de la Compañía Universal. El tener otros ojos, y ojos que se renuevan para la misión, valorando el trabajo y las posibilidades de la provincia boliviana es un regalo de Dios. Queda bajo nuestra responsabilidad la actitud de escucha y discernimiento para acoger aquellas cosas que, muchas veces, se nos hace difícil ver desde dentro.

Espero que las personas y situaciones que encontraron en su tiempo de Tercera Probación hayan enriquecido aún más la experiencia de Dios que ya traían consigo, les hayan ensanchado los corazones para más amar y seguir al Señor, y les haya permitido oír lo que el buen Espíritu inspira a través de ustedes a este Cuerpo Apostólico que es la Compañía de Jesús. Y, bueno… ¡que sigamos siendo siempre “amigos en el Señor”!
 
S. Fernando Jiménez