Asamblea Mundial de la CVX: 50 años de agradecimiento y renovación de la vocación laical ignaciana
23/08/2018En lo que fue el Colegio Máximo como Facultad de Filosofía y Teología para la formación jesuítica, en la zona de san Miguel (Buenos Aires), se realizó la 17a. Asamblea Mundial de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX).
Participaron de la misma unos 250 delegados y delegadas, entre los cuales se hallaban más de 40 jesuitas, asistentes eclesiásticos de CVX. De parte de Bolivia fuimos 3; Álvaro Zapata, actual presidente, Elba Elena Prado, responsable de formación y yo como asistente nacional.
El clima natural era gélido, entre un sol que no calentaba y días de lluvia continua, pero el ambiente de la Asamblea estuvo bañado de amabilidad, cordialidad, cercanía y acogida. No está demás decir que el calor y afecto humanos encendieron corazones y animaron el encuentro.
Especial realce, en la percepción de muchos y mía particular, tuvo la organización y el servicio que prestaron más de 70 servidores y servidoras de ARUPÁ (CVX de Argentina, Uruguay y Paraguay) pues no se redujo a la acción eficiente de hacer las cosas, sino a acompañar el desarrollo de la Asamblea con oración y servicio generoso, puesto en pequeños y grandes detalles.
No valdría la pena hacer un relato sobre todo lo realizado, dicho, orado y discernido, para ello está el documento final de la Asamblea. Pero sí quisiera resaltar algunos elementos de este encuentro:
Han pasado 50 años desde que se ha constituido formal y oficialmente la CVX y en la Asamblea se ha podido hacer memoria de los primeros pasos, las grandes dificultades y cómo el Espíritu ha ido afianzando este movimiento laical, profundizando en su identidad, vocación y misión, como “un regalo para la Iglesia y el mundo”, tal como marcaba el lema de la reunión. Y quisiera insistir en la identidad vocacional de la CVX: es una comunidad de hombres y mujeres, cristianos, con espiritualidad ignaciana y al servicio de toda la Iglesia y las fronteras humanas; no es un grupo o una obra de los jesuitas. Nosotros, como asistentes, somos colaboradores con ellos en la misión. No se trata de dependencia o independencia, se trata de construir juntos nuevas maneras de servir a la misión de Dios. La CVX va ganando en claridad al respecto y creo que la Compañía de Jesús también. Por ello es importante animar y apoyar a que, desde ellos mismos, puedan ir sembrando la inquietud en muchas personas para vivir esta vocación laical ignaciana.
El ambiente de oración, discernimiento y diálogo en comunidad ha sido el énfasis de la reunión. Más allá de buscar resultados eficientistas, documentos o grandes declaraciones se ha trabajado en escuchar al Espíritu y al compañero, la compañera de camino para juntos ir descubriendo cuál es el llamado que Él nos hace para seguir sirviendo. Tarea nada fácil por la diversidad de lenguas, mentalidades, culturas, sensibilidades, edades y experiencias. Pero soy testigo de cómo el Señor ha ido guiando a cada pequeña comunidad para sentirlo internamente y poder expresar con confianza y sinceridad lo que Dios manifiesta a cada quien. Soy testigo de un laicado suficientemente maduro en su fe y con una experiencia de vida que puede ser un auténtico don para la Iglesia y el mundo. Ojalá que como jesuitas podamos ser compañeros de camino de las intuiciones que la CVX va teniendo en su caminar.
Hay una preocupación real y sentida por las vocaciones a la CVX. En los países donde más secularización se da, es donde los cevequianos generan más interés hacia este estilo de vida (por ejemplo Francia o Uruguay) y también surgen comunidades adultas en países de minoría cristiana. Pero hay –proporcionalmente- poca participación de jóvenes, son pocas las comunidades juveniles en muchos países. En Bolivia la situación es inversa, hay pocas comunidades de adultos y más bien comienzan a fortalecerse las comunidades de jóvenes (que están en últimos años de la universidad o ya son profesionales), pero para que esa semilla que el Señor ha sembrado siga desarrollándose requiere atención y cuidado. Oremos y acompañemos a los cevequianos, a la CVX de hoy, que reconoce agradecida los 50 años del paso de Dios por su vida.
Si quisieran ver y leer algo de lo vivido pueden ingresar al sitio web: http://assembly.cvx-clc.net/. El documento final aún no se ha publicado en castellano, sólo está la versión oficial en inglés. Imagino que en unas semanas más se lo tendrá disponible en otros idiomas.
//Sergio Montes, SJ