El jesuita Eduardo Pérez, conocido cariñosamente como el Tata Pérez, fue un comunicador excepcional, un reinventor de la radio, un empresario que llevó a radio Fides a otro nivel, un innovador en la televisión, pero sobre todo fue un maestro de periodistas en Bolivia, que le han dado su último adiós junto con las gracias por haber dejado huella en su formación.
Pérez falleció la noche pasada a los 80 años en la residencia de los jesuitas en La Paz, tras varios de meses de sufrir neumonías que golpearon gravemente su salud. Sus restos son velados en el templo Sagrado Corazón, del Colegio San Calixto.
Desde que llegó a Bolivia el 24 de septiembre de 1968 desde España, donde se formó como jesuita, Pérez se vinculó con la radio en el distrito minero Siglo XX a las órdenes del sacerdote Gregorio Iriarte y después trabajó en la radio Fides de La Paz bajo la dirección del también jesuita José Gramunt.
En 1961 ingresó a la Compañía de Jesús, en 1968 obtuvo la licenciatura en Filosofía en la facultad de San Francisco de Borja en San Cugat de Vallés, de Barcelona. En la Universidad Católica, de Chile, consiguió en 1973 un título profesional en Periodismo, y un año después otra licenciatura en Teología.
La historia del periodismo boliviano lo recordará como un comunicador comprometido, inteligente, culto, provocador, polémico, divertido, innovador y sensible, que desde radio Fides enseñó sobre todo a no callarse, como recuerdan muchos periodistas que bebieron de su saber y, experiencia y que actualmente son figuras del escenario mediático.
De Pérez también han quedado como huellas para la posteridad su creatividad para hacer radio, su estilo incisivo para entrevistar en el programa “El hombre invisible”, la excentricidad de disfrazarse para presentar noticias en televisión, pero también su forma apasionada de relatar las carreras de ciclismo Doble Copacabana y Vuelta a Bolivia.
Pérez además trabajó como corresponsal internacional para las agencias internacionales Efe, de España, y AFP, de Francia.
También sufrió la persecución cuando los paramilitares ocuparon violentamente la radio Fides durante el golpe del dictador militar Luis García Mesa (1980-1981), lo que le valió ser exiliado de Bolivia.
Muchos informadores destacaron hoy los hitos de su trayectoria como alguien que revolucionó la comunicación en Bolivia, pero también creó escuela para la formación de destacados comunicadores.
En sus inicios en radio Fides, puso al aire el programa “Periscopio” como una metáfora de un periodismo que “mira en torno”, además reinventó el periodismo radial y convirtió a la emisora en una escuela de radialistas, según recordó su compañero de trabajo de entonces Juan Carlos Salazar, actual director de la carrera de Comunicación de la Universidad Católica de La Paz.
Alanes: Pérez decía que el periodismo era una labor de servicios a la gente
La presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), Zulema Alanes, señaló que fue su alumna en la materia de redacción periodística en esa universidad y después fue contratada como periodista en la Fides.
Lo primero que le recomendó Pérez fue que para ser buen periodista había “que ser curioso, tener mucha paciencia, además de los ojos abiertos y los oídos atentos” y tener presente que el periodismo es “una labor de servicio a la gente”, según recordó Alanes.
“Era muy riguroso con la redacción, exigía libretos bien escritos, que sean fáciles de leer y, por tanto, de entender”, agregó.
El periodista de Fides Mario Espinoza, que trabajó con Pérez en televisión y la radio, afirmó que siempre daba lecciones de periodismo, “mezclaba el conocimiento y la ética como nadie”, pero además tenía un trato humano destacado con sus colaboradores.
El periodista Juan Pablo Guzmán fue jefe de Noticias del canal 2 Telesistema boliviano cuando Pérez llegó al medio para revolucionar el informativo central.
“¿Cómo entendía el periodismo televisivo el padre Pérez? Como una montaña rusa de emociones en la que cada noticia debía narrar con ritmo vivo una historia, a la que el propio Pérez añadía una presentación única, expresada con desparpajo, para que los 60 minutos del informativo generaran la sensación de una afinada pieza de rock”, recuerda Guzmán.
Para la posteridad quedan, entre muchas otras, una imagen de Pérez vestido de jugador de fútbol para presentar noticias y otra en la que apareció atado con una soga a una silla y amordazado para simbolizar su rechazo a una ley “mordaza” hasta el punto de que comenzó a sentir una asfixia real, señala Guzmán.
Los políticos con los que Pérez interactuó también tienen recuerdos imborrables de su capacidad comunicacional
El expresidente Jorge Quiroga recordó que el sacerdote jesuita “era implacable en sus preguntas y duro en sus interrogantes” y reconoció que las autoridades tenían que “prepararse y entrenarse para ir a sus programas”.
El exmandatario y periodista Carlos Mesa destacó que Pérez “fue una de las figuras más relevantes del periodismo boliviano”, que trabajó para la modernización del periodismo del país desde los años 70, y también tuvo un desempeño como un “gran empresario” que consolidó el Grupo Fides.
El presidente Luis Arce también dedicó unas palabras a Pérez para señalar que fue un “sacerdote católico, periodista y comunicador entrañable que se ganó el cariño del pueblo boliviano con actividades de solidaridad como la recordada campaña de Navidad ‘Por la sonrisa de un niño’ y eventos de ciclismo como la ‘Doble Copacabana’ y la ‘Vuelta a Bolivia’.
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