F. Efraín Piza desde Santiago de Chile a sus compañeros jesuitas de Bolivia 

Se encuentra estudiando teología en el CIF de Santiago y en el mes de junio recibió la visita del P. Provincial, Osvaldo Chirveches.


Saludos desde Santiago.

Me piden que escriba algo con referencia a la visita que Osvaldo hizo al CIF de Santiago.  Hay tanto que quiero contarles, sin embargo no deseo escribirles mucho para no aburrirles, porque no tengo la destreza para expresarme bien por escrito. Intentaré hacerlo en dos puntos:

1. Hablamos de muchas cosas: de cómo están ustedes, como está la provincia. No puedo quedarme sin preguntar sobre los compañeros de La Esperanza, de nuestras comunidades, de cómo hacemos para cuidarnos mutuamente.
 

Le dije que desde Santiago puedo ver a nuestro país tan grande y maravilloso, tan diverso y fértil, tan joven y viejo a la vez. Pero que también lo veo poco nuestro, encerrado, discriminativo, sin identidad. Lo veo preso de las tradiciones donde es mejor aprovechar la oportunidad para ser rico y no pensar en los demás. Veo a un país que tiene que bailar al ritmo impuesto de los prestes.

Veo a esos prestes cobrando las cuotas de los trajes que usan para bailar su baile. Y como prestes, disfrazan la devoción del pueblo de días mejores por sus intenciones ególatras de poder y riqueza.

También le mencioné que estoy haciendo mi apostolado en el CEI, en un taller que se llama “El Pozo”. Me gustaría animar la fe a los agentes de las parroquias de nuestras diócesis y a los profesores de religión de los colegios fiscales, ayudarles a fortalecer su ser transmisores de la fe en Jesús. Osvaldo me escuchaba atento, me preguntaba sobre cronogramas, temas, cantidad de participantes y dónde hacíamos el taller. Me sentí apoyado, acompañado.
 

2. Lo que siento: a Osvaldo le dije que me sentía agradecido por dejarme estudiar teología. Aunque para mí sigue siendo una gran catequesis sobre el cristianismo. También siento que es muy importante, principalmente para personas que se dedican a hablar de Dios, el saber las fuentes de nuestra fe, su transmisión, los problemas en el lenguaje para esa transmisión.
 

Por otro lado, cuando Osvaldo me hablaba sobre lo novedoso del proyecto provincial me sentí consolado. Siento que es un momento importante para que, a la luz del discernimiento, podamos mirar como jesuitas a nuestro país. Si esto nos hace dejar antiguas o nuevas obras, si nos lleva a crear nuevos medios para ayudar, como Iglesia, a los pobres, debe hacernos desear más unidad entre nosotros, ser más cuerpo.

Ya han pasado casi tres años. Cuando llegué a Santiago me parecía que este tiempo iba a ser una eternidad. Siento que extrañaré este país, su gente, hasta su comida. Me quedan unos meses más antes de retornar a nuestra Provincia.

Esto es lo que me animo a contarles. Como les dije, quisiera contarles más cosas, pero no tengo la exuberancia del manejo de las letras para transmitirles lo bien que me siento por saber de ustedes por medio de Osvaldo. Quiero terminar pidiéndoles que oren por nosotros, los estudiantes de teología que estamos en los CIF’s de Brasil, Colombia y Santiago.
Hasta pronto,
 

Efraín Piza sj