La Compañía de Jesús en Bolivia trabaja para que la cultura del cuidado trascienda las obras y llegue a las familias de su personal
30/09/2024La Compañía de Jesús en Bolivia trabaja en la promoción y la cultura del cuidado dentro de la institución, como parte de su compromiso con la prevención de la violencia en general y la protección de los menores, adolescentes y adultos vulnerables, pero, además, quiere que la misma trascienda a las familias de su personal.
Así lo señaló la delegada de Ambientes Sanos y Seguros de la Compañía, la psicóloga Sandra Carvajal, para destacar que la institución es pionera en la aplicación actualizada y reforzada de un conjunto de medidas para la prevención de la violencia en esos niveles con el propósito de asegurar un entorno libre de abusos y de violencia.
”Queremos que toda la comunidad educativa y social esté involucrada: los trabajadores, los padres de familia, los estudiantes y las personas que interactúan con nuestras obras”, dijo Carvajal, desde el colegio San Ignacio, de La Paz, donde se realiza un psicodiagnóstico y una evaluación del personal.
Desde 2018, la Compañía ha trabajado en la implementación de políticas y protocolos de prevención para construir ambientes sanos y seguros en las obras, pero las mismas han sido reforzadas desde el 2023 a raíz de las denuncias de abusos de la década de los 80 contra el sacerdote Alfonso Pedrajas, fallecido en 2009, que investiga la Justicia. Carvajal explicó que se realizaron auditorías y seguimientos en decenas de obras de Compañía para identificar los problemas, tarea de la que resultó la actualización de un protocolo marco para garantizar la prevención de la violencia en las obras educativas, parroquiales, de medios de comunicación y sociales que no contaban con una normativa clara.
Actualmente, todas las obras de la Compañía cuentan con esos documentos y lineamientos preventivos. “En el Colegio San Ignacio, el Colegio San Calixto y el Colegio del Sagrado Corazón hemos trabajado de cerca con todo el equipo humano para que comprendan que todos somos responsables de crear un entorno seguro y protector”, subrayó Carvajal. Incluso, si una obra, como el Observatorio San Calixto no tiene relación con niños, adolescentes o sectores adultos en situación de vulnerables, también tienen que tener sus políticas y protocolos documentados. El Observatorio es la única institución de Bolivia que hace investigación y monitoreo sismológico.
Además de implementar las políticas, la Compañía ha diseñado un programa de formación continua para todo su personal, desde los directores hasta los agentes de Ambientes Sanos y Seguros. “El objetivo es que todos estén capacitados para cuidar a los niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerable”, afirmó Carvajal. Ese programa incluye la participación de profesionales expertos y abarca una amplia gama de temáticas, como la sensibilización sobre la prevención de la violencia, la educación sexual, la comunicación asertiva y el manejo del síndrome de Burnout, que está relacionado con el estrés crónico, desgaste físico y cuadros de depresión y ansiedad en las instituciones.
Hasta la fecha, se han completado seis módulos de formación y el programa se seguirá ampliando para alcanzar a todas las obras e instituciones que dependen de la Compañía.
Visitas presenciales y seguimientos virtuales
Para asegurar que las políticas y los protocolos no se queden en documentos archivados y tenga un impacto en las comunidades, la Compañía realiza visitas presenciales y seguimientos virtuales para verificar si se están aplicando en todas las obras. “No queremos que estas políticas se queden en el papel, queremos que se implementen de manera efectiva”, insistió Carvajal. Por ejemplo, recientemente, las visitas presenciales se hicieron en las localidades de Charagua (Santa Cruz) y Trinidad Pampa (La Paz), donde las Justicia investiga denuncias contra el sacerdote Luis María Roma, fallecido en 2019. Los mismos pasos que se están tomando en esas instituciones educativas, la Compañía de Jesús ha comenzado a darlos en el sistema Fe y Alegría, con más de 400 unidades educativas en todo el país.
En general, como parte de esa tarea, por ejemplo, se verifica que el personal cuente con las acreditaciones profesionales sobre sus competencias, el Registro Judicial de Antecedentes Judiciales Penales (REJAP) para comprobar que no cometieron acciones de violencia, y se apliquen los diagnósticos psicológicos para identificar riesgos. Por ejemplo, en el Colegio San Ignacio, todos los empleados, desde los de la dirección y los docentes hasta personal administrativo y de mantenimiento, están participando de las evaluaciones psicodiagnósticas para garantizar su estabilidad emocional, lo cual es clave para crear un entorno sano y seguro para los estudiantes, explicó Carvajal. Esto busca garantizar no solo la seguridad dentro de la institución, sino también promover un ambiente saludable en los núcleos familiares de quienes forman parte de las obras de la Compañía.
“No solo estamos trabajando con la prevención del abuso sexual, sino con la prevención de la violencia en general. La Compañía lo que quiere es trabajar en la cultura del cuidado y es importante demostrar que todo el personal de las obras no cometa ningún tipo de violencia”, subrayó la Delegada de Ambientes Sanos y Seguros. Con estas acciones, la Compañía de Jesús reafirma su compromiso con la protección y el bienestar de todos los menores y adultos vulnerables que forman parte de sus obras, apostando por una cultura de cuidado basada en el respeto, la prevención y la seguridad para todos.