Curia provincial: Jenaro Sanjinés #777, La Paz, Bolivia

Nuevo diácono Ramiro Loza SJ: “Quiero estar aquí para ellos”

17/12/2024

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El joven jesuita boliviano Ramiro Loza (35) valora “el deseo de servir” y el trabajo comunitario en la sociedad como la motivación principal que le llevó hace 12 años a ingresar a la Compañía de Jesús, donde hace pocos días fue ordenado diácono en una ceremonia celebrada el pasado 30 de noviembre en Brasil, junto a otros siete estudiantes jesuitas de distintos países.

Ahora, de retorno a Bolivia, tras haber realizado un periodo de formación en teología, recuerda que tomó esa decisión cuando hizo el voluntariado en un hogar de la ciudad de Oruro, donde se atendían a niños con capacidades diferentes y problemas de motricidad.

“Una de las mociones que yo tenía era: ‘yo quiero hacer esto, quiero estar aquí para ellos’. Desde ahí fue cómo entender la vocación después para la Compañía”, recuerda Loza, sobre el momento del voluntariado que iluminó su propósito de servir en la orden religiosa.

Dentro de la Compañía, Loza ha terminado en Brasil sus estudios de Teología, previamente hizo Filosofía en Perú, pero su camino comenzó en Oruro, donde se formó profesionalmente en Mecánica Industrial, en un instituto técnico de la Compañía de Jesús (el Instituto de Aprendizaje Industrial de Fey Alegría), donde algunos jesuitas daban clases.

En 2012, su vida dio un giro inesperado impulsado por una invitación del jesuita Justino Mamani para ser parte de la institución religiosa. La invitación le hizo perder el sueño, pero también le motivó a conocer la historia de la Compañía en Bolivia.

“Lo que más me ha motivado ha sido el trabajo de ellos. No solamente estaban dando clases donde yo estaba estudiando mecánica, sino que me invitaron a hacer voluntariados en un hogar, en el Sagrado Corazón de Jesús, allá en Oruro, y trabajaban con niños, con diferentes capacidades, que tenían limitaciones en la motricidad”, recordó Loza.

También cuenta que su regreso a Bolivia es un retorno a sus raíces, es una consolación y está contento de trabajar en San Ignacio de Moxos, donde completará a distancia sus estudios de Teología.

Previamente, completó varias etapas formativas como el Noviciado, estudios de Filosofía, el Magisterio (que es un tiempo de trabajo apostólico en alguna obra o institución) y Teología.

Uno de sus mayores desafios formativos fue pasar por la experiencia de la tolerancia, el reconocimiento de las propias limitaciones y de la interculturalidad en Brasil, donde su grupo de diáconos estuvo integrado por religiosos de Congo, Zimbabue, Cuba, Paraguay, México y Brasil.

dia3 Sobre su destino, recuerda la experiencia de haber vivido ya en esa población en su etapa de noviciado, en la experiencia de peregrinación y el Magisterio; rememora haber salvado su vida, pese a no saber nadar, gracias a una empalizada en un río amazónico cuando volcó su canoa. “Realmente, sentí que yo estaba en las manos de Dios”, dijo.

Además, explicó que un diácono en esencia está para brindar un servicio. En el sentido que se halla en la Biblia debe entenderse como una etapa de servicio a la comunidad, “como un llamado de Dios para algunas personas escogidas por la comunidad para que atiendan a los que más necesitan, para estar en diálogo con los obispos, para hacer algunos ministerios litúrgicamente”.

Su diaconado, vivido como jesuita, es un primer paso hacia la ordenación presbiteral. Loza también destaca la importancia del discernimiento en su vida diaria y cómo este ha sido crucial para entender su camino y alinear sus acciones con la voluntad de Dios.

La experiencia de haber salvado la vida y los ejercicios espirituales le han permitido, según dijo, hacer ese discernimiento y sintonizar con Dios y abrir su mente y su corazón hacia ese camino.

Para aquellos jóvenes que consideran ingresar a la Compañía de Jesús, subraya que es importante sentir que el llamado proviene de Dios, más que de la propia voluntad.

“Quien mueve es Dios, quien llama es él. No es un deseo personal”, reflexiona el joven diácono y agrega que, si el corazón de un joven tiene una inquietud, debe preguntarse si ese llamado es para toda la vida.

“Porque, posiblemente, sea un llamado de Dios”, finalizó.