¿QUÉ DEJÓ LA VISITA DE FRANCISCO A LOS JESUITAS CONGREGADOS EN ROMA?

La Paz, 26 de octubre (ANF).- El sacerdote jesuita, Arturo Peraza, en un artículo rescató el sentimiento que dejó la visita del Papa Francisco a los 215 jesuitas representantes de casi un centenar de países y que se encuentran reunidos en Roma en torno a la Congregación General (CG) 36 de la Compañía de Jesús.  

Peraza remarcó que normalmente la Congregación era recibida por el Papa en una sala de audiencia, “en ello se manifiesta el cariño que los `sumos pontífices´ nos han tenido”. Luego de un saludo protocolar del General, les brindaba un discurso que señalaba los aspectos de preocupación del mismo. 

También destacó el voto que la Compañía hace de ponerse a las órdenes del Papa para cualquier misión que él determine. “Esta especial vinculación expresa nuestro modo especial de sentir con la Iglesia”, dijo.

Pero el jesuita destacó que en esta oportunidad fue distinto, Francisco quien pertenece a la orden de los jesuitas, se dirigió hasta la casa de la Compañía en Roma, llevando una discurso lleno de esperanza y alegría.

Por eso es que el Padre Peraza comparó la visita de Francisco con la visita que María (madre de Jesucristo) hizo a Isabel (su prima), cuando recibió la noticia de que sería madre del hijo de Dios, la buscó y entonces de su prima brotó la alegría que se expresa en el canto del Magníficat. “Así viví yo la visita que Francisco nos hizo”, dijo.
 
“Es él (Francisco) quien ha salido. Es él quien nos visita portando en su presencia y en sus palabras la alegría del Evangelio. Él ha hablado de una Iglesia en salida y él hace lo que predica. Como en aquel encuentro de María e Isabel, lo primero que hemos hecho es agradecerle a Dios el don de su presencia en medio de nosotros”, dijo.

Agregó que el Papa después de ingresar serenamente a la sala principal donde se realiza la CG 36, se unió a la oración diaria que realizan los delegados. “Fue una oración entre hermanos que a la vez teníamos consciencia del momento histórico que vivíamos para la misma Compañía”, detalló.

“Al ir escuchándolo tenía la impresión de que se me regresaba a las fuentes de nuestro carisma”. “La alegría marcó la dinámica de sus palabras. En ellas nos remontó al crucificado y con él al sentido de toda contemplación que es dejarse afectar, en especial en el dolor humanos de quienes hoy están nuevamente crucificados. Desde esa consolación afectada por la misericordia nos invitaba a la acción”, reflexionó Peraza.

En ese sentido el Papa invitó a discernir qué es lo que “el Señor nos pide hoy”, comentó el sacerdote, explicó que en torno a ese tema es que se dio un momento de diálogo.

Peraza finalizó expresando que la visita y las palabras de Francisco dejó en la CG36 han dejado un gran impacto y un gran sentimiento de alegría, “nació en todos un canto de acción de gracias por el don del Espíritu que quiere seguir actuando en medio de nuestra debilidad, porque Él es fiel”, comentó.

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