Curia provincial: Jenaro Sanjinés #777, La Paz, Bolivia

SJM: “Zorros andinos” en Desaguadero, frontera entre Bolivia y Perú

10/03/2021

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El 28 de febrero parte del equipo del SJM fuimos a la frontera entre Bolivia y Perú para conocer de cerca la forma en que cruzan los migrantes venezolanos de un país a otro. Llegamos a la población de Desaguadero (a 97 Km. de la ciudad de El Alto), zona fronteriza y altamente comercial, sin embargo, por las restricciones de la pandemia, nos encontramos con otro paisaje: calles semi desiertas, el paso migratorio cerrado y el espacio comercial reducido a algunas tiendas y vendedores ambulantes dispersos. Cruzamos en bote a territorio peruano, por 5 bolivianos (moneda nacional). En el recorrido encontramos a un grupo de unos 10 venezolanos y venezolanas, en su mayoría jóvenes. La proporción de ciudadanos venezolanos, comparada con los que encontramos en Pisiga (Oruro), fue mucho menor, pero estaban allí, sentados en una esquina, algunos otros caminando en pareja, y también algunas mujeres jóvenes con sus niños.

La población de Desaguadero se encuentra a 3.827 m.s.n.m., tanto Bolivia como Perú comparten el mismo nombre para los dos poblados que colindan en la frontera. El río Desaguadero es el espacio limítrofe entre los dos países. Es el paso común por donde suelen ir las personas que prefieren no hacer los trámites de frontera o que llevan algún tipo de carga de contrabando, y donde los botes esperan para que las personas crucen de un extremo a otro.

Si entre México y Estados Unidos están los “coyotes” -que son los traficantes de gente que conducen a grupos de personas para que crucen la frontera entre estos dos países-, en nuestras fronteras también encontramos personas similares, y los podríamos llamar “zorros andinos”, porque esta especie tiene características similares al de un coyote, y todo parece indicar que tanto personas venezolanas como peruanas hacen este tipo de trabajo -en nuestra observación, vimos a un venezolano y a un peruano haciendo esta faena-. “Zorros andinos” que guían a los grupos de venezolanos para que hagan el camino y crucen las fronteras de ambos países, y posiblemente, para que otros tantos continúen hasta llegar a la frontera con Chile.

En el corto tiempo que estuvimos allá, resultó paradójico ver dos botes llenos de ciudadanos venezolanos que cruzaron la frontera (los mismos que vimos sentados en una esquina del pueblo del lado peruano), cuando a menos de un kilómetro están las postas policiales de ambos países. Uno de ellos los guiaba, nos dijo que conocía muy bien la ciudad de El Alto, y se incomodó un poco cuando nos acercamos a las mujeres venezolanas para darles información de la oficina del SJM. En el grupo también estaba un joven peruano quien se encargó de hacer los pagos por el cruce en los botes, él también acompañaba al grupo. Uno de los jóvenes venezolanos, mientras bajaba del bote, sorprendido dijo -¿esto es Bolivia? Llegamos a tierra firme!- mientras los otros, con aspecto cansado, reían a la vez que descendían ellos y sus mochilas.

Observando esta realidad, se reafirma la postura que lo “ilegal” es un negocio que produce dinero, y no poco. Triste situación la necesidad de los migrantes, que se transforma en un negocio sin escrúpulos para los “zorros andinos”. En la tarde del día domingo, cuando la carretera estaba semivacía y el control policial era casi nulo, los ciudadanos venezolanos llegaron cerca a la parada de los minibuses, y se instalaron en un alojamiento. Más tarde o más temprano ellos, ellas y el único niño que estaba en el grupo llegarán a La Paz y se mezclarán con la gran cantidad de sus compatriotas que están de tránsito o con los que decidieron quedarse a residir en nuestro país. Mientras tanto, los “zorros andinos” volverán a las fronteras y negociarán con otros grupos de migrantes, la esperanza de encontrar “algo mejor al otro lado”. Al finalizar la jornada constatamos que la migración irregular es un negocio montado a la vista de autoridades policiales y, de una sociedad civil pasiva frente al delito de tráfico de personas.

 

//Servicio Jesuita al Migrante Bolivia