Un almuerzo diario, un acto de amor: el compromiso del Comedor San Calixto
06/03/2025El Comedor Popular San Calixto, que este año cumplirá 42 años de vida, busca nuevos apoyos para garantizar la sostenibilidad de esta obra de caridad que de lunes a viernes ofrece un almuerzo gratuito para más de 300 personas de la tercera edad en situación vulnerable o de pobreza que viven en La Paz. Los beneficiados forman fila al mediodía a las puertas del Comedor, situado en la calle Catacora, a media cuadra de la avenida Sucre en La Paz, y luego comparten el almuerzo colectivo bajo la atención del personal de la obra y de voluntarias.
La administradora del Comedor Mery Mendoza y el sacerdote jesuita Sergio Montes SJ destacaron la importancia de la obra durante el encuentro, denominado “desayuno espiritual”, con los trabajadores y voluntarios de otras obras de la Compañía de Jesús, que valoraron el servicio a los ancianos en situación de vulnerabilidad.
Actividades similares se realizan mensualmente, con el fin de recaudar fondos y ofrecer algún tema de formación o reflexión, además del alimento. En esta ocasión, el P. Sergio Montes, SJ, compartió los elementos más relevantes de la espiritualidad ignaciana y el modo como debe orientar el accionar de las obras de la Compañía.
Mendoza subrayó que la obra se sostiene gracias a Dios y a la ayuda de los jesuitas, pero necesita de la contribución de benefactores y amigos, entre los que están exalumnos de los colegios jesuitas, San Ignacio y San Calixto, porque el número de personas que pide apoyo crece en medio de la crisis económica que atraviesa el país.
Los estudiantes de otros colegios como San Antonio de Padua, Bernardino de Cárdenas, San Francisco, La Salle y Montessori también colaboran, con algún voluntariado o apoyo material.
La obra fue fundada en 1983 por el jesuita español Joaquín Salvado, que falleció en 2015, cerca de cumplir los 85 años. El padre Montes recordó que el proyecto nació en la década de los 80 para ayudar a las personas más pobres tras la finalización de las dictaduras y el inicio de la democracia, cuando el país fue golpeado por una severa crisis económica.
Agregó que en actualidad cobra nuevamente relevancia porque también se vive una situación económica compleja especialmente para los adultos mayores. “La Compañía de Jesús a través de esta obra materializa su compromiso y su misión con los más desfavorecidos”, apuntó.
El sacerdote dijo que la Compañía quiere que la obra se conozca para buscar apoyos de largo plazo de personas particulares y de empresas e instituciones “que permitan sostener la fuerte carga económica que representa conseguir los alimentos y los sueldos del personal que está trabajando día a día”.
Una de las voluntarias del Comedor, Betty Gorena, dijo que el lema ignaciano “En todo amar y servir” la motiva a servir a los comensales y la mueve a cooperar, incluso a pesar de su escaso tiempo. “Le saco tiempo al tiempo que no tengo para venir, servir y ayudar”.